1- Leemos el siguiente cuento.
El día de los
encargos era uno de los más esperados por todos los niños en clase. Se
celebraba durante la primera semana del curso, y ese día cada niño y cada niña
recibía un encargo del que debía hacerse responsable durante ese año. Como con
todas las cosas, había encargos más o menos interesantes, y los niños se hacían
ilusiones con recibir uno de los mejores. A la hora de repartirlos, la maestra
tenía muy en cuenta quiénes habían sido los alumnos más responsables del año
anterior, y éstos eran los que con más ilusión esperaban aquel día. Y entre
ellos destacaba Rita, una niña amable y tranquila, que el año anterior había
cumplido a la perfección cuanto la maestra le había encomendado. Todos sabían
que era la favorita para recibir el gran encargo: cuidar del perro de la clase.
Pero aquel año, la
sorpresa fue mayúscula. Cada uno recibió alguno de los encargos habituales,
como preparar los libros o la radio para las clases, avisar de la hora, limpiar
la pizarra o cuidar alguna de las mascotas. Pero el encargo de Rita fue muy diferente:
una cajita con arena y una hormiga. Y aunque la profesora insistió muchísimo en
que era una hormiga muy especial, Rita no dejó de sentirse
desilusionada.
La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante:
La mayoría de sus compañeros lo sintió mucho por ella, y le compadecían y comentaban con ella la injusticia de aquella asignación. Incluso su propio padre se enfadó muchísimo con la profesora, y animó a Rita a no hacer caso de la insignificante mascotilla en señal de protesta. Pero Rita, que quería mucho a su profesora, prefería mostrarle su error haciendo algo especial con aquel encargo tan poco interesante:
- Convertiré este
pequeño encargo en algo grande -decía Rita.
Así que Rita
investigó sobre su hormiga: aprendió sobre las distintas especies y estudió
todo lo referente a sus hábitat y costumbres, y adaptó su pequeña cajita para
que fuera perfecta. Cuidaba con mimo toda la comida que le daba, y realmente la
hormiga llegó a crecer bastante más de lo que ninguno hubiera esperado...
Un día de primavera,
mientras estaban en el aula, se abrió la puerta y apareció un señor con aspecto
de ser alguien importante. La profesora interrumpió la clase con gran alegría y
dijo:
- Este es el doctor
Martínez. Ha venido a contarnos una noticia estupenda ¿verdad?
- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!.
- Efectivamente. Hoy se han publicado los resultados del concurso, y esta clase ha sido seleccionada para acompañarme este verano a un viaje por la selva tropical, donde investigaremos todo tipo de insectos. De entre todas las escuelas de la región, sin duda es aquí donde mejor habéis sabido cuidar la delicada hormiga gigante que se os encomendó. ¡Felicidades! ¡Seréis unos ayudantes estupendos!.
Ese día todo fue
fiesta y alegría en el colegio: todos felicitaban a la maestra por su idea de
apuntarles al concurso, y a Rita por haber sido tan paciente y responsable.
Muchos aprendieron que para recibir las tareas más importantes, hay que saber
ser responsable con las más pequeñas, pero sin duda la que más disfrutó fue
Rita, quien repetía para sus adentros "convertiré ese pequeño encargo en algo
grande" .
ENTONCES
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